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Nuestra Historia

Criando Ganado Responsablemente Desde 1998

Valle del Laurel, debe su nombre al Arroyo Laurel que surca nuestras tierras y es fuente de agua fresca y limpia, para el brebaje de nuestros animales y sustento de la Naturaleza que compartimos y respetamos. Aquí es, donde el monte nativo y la forestación conviven con nuestro día a día, donde trabajamos en armonía con nuestro ambiente, su flora y su fauna.

Mi gran pasión ha sido la medicina; y dentro de la medicina la cirugía vascular.

Esta actividad, permitió a nuestra familia, acceder a la fracción de campo, que hoy ocupa nuestra Cabaña.

Hablar de nuestro camino, inevitablemente, nos lleva a hablar de alguna de mis pasiones personales.

Me encanta la Biología, me encanta la genética, los animales y creo en el Uruguay en sí mismo, como pais agropecuario y en base a mi formación profesional, cercana a la Biología, a la Genética, he alimentado este segundo sueño: el de acceder a este campo y –finalmente- lo pudimos cumplir.

Ese sueño, inicialmente se focalizaba en la producción de ganado general. Pero siempre tuvimos la inquietud de la mejora genética, de la producción y mejoramiento de la calidad de los animales y de la carne, en un pais netamente exportador y en ese contexto; tomamos el camino de la cabaña, inserto en el proyecto de cría de ganado general, recría, etc.

En los últimos 10 años, se ha buscado cada vez más información, para aportar conocimiento y tecnologías de punta a nuestro proyecto, ya que ni mi esposa ni yo, provenimos del campo, aunque siempre estuvo presente la inquietud por el campo y su producción.

Hoy estamos en la etapa de desarrollo y de transferir a nuestros hijos y nietos, esta pasión, que con orgullo y esfuerzo, seguimos forjando.

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El saber agropecuario, lo vamos adoptando a través de los conceptos de la gente que integra nuestro equipo y de lo que nos puede transferir, lo que la gente que vive aquí en Polanco nos ha transmitido, pero en particular por el leer, por estudiar, por analizar la genética, por incorporarnos a la Sociedad de Criadores de Hereford, de donde proviene un colaborador invalorable, como es el Ing. Agr. Leonel Aguirre.

Más allá de ser un inspector de la Hereford que venía a calificar a nuestro ganado, ”Yayo”se transformó en un amigo y un baluarte clave para el desarrollo de nuestro emprendimiento, junto a Gonzalo Vargas, nuestro capataz, con su familia, con el resto del equipo y junto a Carlos Sención  un excelente seleccionador y conocedor de la ganadería, que estuvo también en la génesis de nuestra cabaña y nos acompañó durante muchos años.

En suma: Hemos tratado de conformar una especie de “selección”.

Mi concepto es que la gente que nos acompaña, tiene un valor humano, una responsabilidad y una dedicación magnífica.

El conformar este equipo, con el apoyo económico de la medicina. nos ha permitido ir mejorando en la genética de nuestro rodeo y transitando hacia la optimización de la metodología de trabajo.

Del entorne natural, pasamos a la inseminación y hoy desarrollamos nuestro programa de

trasplante de embriones y como una cabaña en desarrollo que somos, esto nos ha permitido

adelantarnos en el tiempo, cumpliendo etapas rápidamente.

Nos hemos inspirado mucho en gente de mucha valía a nivel nacional y nos gusta nombrarlos

porque muchas de las madres las hemos incorporado de cabañas de punta, como Ganadera

San Salvador, Las Anitas de Alfonso, ejemplares de Cabaña Las Rosas, también de la

familia Bonomi, de Morixe, Ibarburu y Sempril, entre otros.

Es bueno recordar una anécdota: nuestros dos primeros toros fueron adquiridos en un remate de la Agropecuaria de Lavalleja: unos Hereford excepcionales de Sempril y Los Charrúas.

Inspirados en esos grupos, que están tan afianzados en Uruguay, nosotros hemos tratado de seguir esos pasos desde nuestro pequeño lugar, aportando un granito de arena en el desarrollo de la raza Hereford en el país.

En los últimos años, hemos tratado de estar presentes en las actividades oficiales de Hereford, como en la Exposición Nacional y en otros eventos, donde está representada la Raza como en otras Exposiciones del interior, cerro largo como Durazno y la de la Sociedad Agropecuaria de Lavalleja, entre otras.

En estas, hemos logrado ya algunos premios y distinciones, que nos alientan aún más, a seguir por el camino emprendido.

Nos hemos inclinado por Hereford, porque en estos campos de Polanco, en el departamento de Lavalleja, que son generalmente de sierras, con campos difíciles, con sequias estivales muy severas, esta raza es de alta resistencia y adaptabilidad al medio y justamente nosotros buscamos con la producción de padres

y madres, en especial toros, que sean animales que se adapten a esas circunstancias adversas

de la naturaleza

Creemos firmemente en esta raza y vamos a seguir adheridos a la misma. Por eso les invitamos a seguir nuestra genética, que pretende ser representativa de la mejor ganadería uruguaya. La confianza que han depositado en nosotros y en nuestra selección, ya decenas de ganaderos, nos motiva a seguir adelante y a incluir permanentemente nuevas tecnologías.

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